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Como elegir un columpio
Los columpios son un ingrediente clásico de las zonas de juegos, protagonistas eternos de los espacios públicos al aire libre desde hace décadas y uno de los elementos lúdicos más destacados y queridos por todo el público.
Lo cierto es que el balanceo es un movimiento muy disfrutable para niños y padres por igual: estimula la risa y la sensación de felicidad, es beneficioso para la salud física y mental y también fomenta la interacción padres-niños durante el juego, así que refuerza los lazos de forma positiva. Son muchos los expertos que coinciden en el impacto positivo que tienen los columpios sobre el desarrollo físico y mental de los niños, desde una mejor percepción de su propio cuerpo hasta la sensación de felicidad y de pertenecer a la comunidad. Tal vez parezcan muy simplones, pero la verdad los columpios tienen muchos requisitos que cumplir, desde el valor lúdico hasta los requisitos de seguridad. Estos son los cinco criterios que debe sopesar antes de decidirse a comprar un columpio:
Dimensiones
A la hora de adquirir un columpio, fíjese en la altura de caída y el área del espacio donde se produciría la caída. En nuestras páginas de productos se indica en el «Área de seguridad». La altura de caída señala el punto más habitual donde se puede caer el usuario. El área de caída es la zona de seguridad que rodea al equipo y debe estar libre de todo tipo de obstáculos. Estas dimensiones determinan el espacio total necesario y el área de superficie que requiere el columpio, así que afectan al coste final de la instalación. Por ejemplo: cuanto más elevada sea la altura de caída, más gruesa deberá ser la superficie de apoyo para absorber los impactos si se produce una caída. Por tanto, un bastidor para columpios alto y ancho exigirá un área de seguridad más amplia para evitar colisiones con los usuarios que están jugando con otros equipos.
Tipo de asiento
La elección del asiento depende del grupo de edades al que se quiera destinar y del número de usuarios que prevemos que jugarán en un momento concreto. Un asiento para niños muy pequeños o para niños con poca estabilidad en el tronco necesita ofrecer más sujeción para la espalda, de modo que garantice una seguridad total mientras juegan. Para los niños algo mayores, ansiosos por interactuar socialmente, los columpios de cesta son los productos ideales, ya que admiten más usuarios y ofrecen un coste por usuario óptimo. * Los columpios de cesta también permiten que usuarios de distintas edades jueguen juntos. Incluso los niños con discapacidades pueden sentarse cómodamente a disfrutar del vaivén con sus amigos o cuidadores.
Materiales
El tipo de materiales es importantísimo para tomar una decisión, ya que variará según la estética que nos interese o los requisitos de mantenimiento. Los arquitectos o diseñadores de zonas verdes que intenten crear áreas de juego de aire más natural suelen decantarse por columpios de madera, ya que encajan de manera muy armoniosa con el paisaje campestre. Por otro lado, quienes prefieran diseños atrevidos de aire moderno, que conjunten con la arquitectura urbana, quedarán encantados con las líneas modernas de nuestros columpios de acero. Además, el acero requiere menos mantenimiento y es más resistente a los actos vandálicos, así que es la mejor opción para zonas urbanas difíciles o conflictivas.
Medidas de seguridad
Algunos de nuestros columpios incorporan rodamientos «antivuelco» en los largueros, para evitar que los asientos y las cadenas se enrollen sobre sí mismos, lo que imposibilita usar los columpios. Los diseños de la línea Stratus incluyen una cadena extra que aporta más sujeción.
Ubicación
Como sucede con cualquier otro equipo lúdico con movimiento, al instalar un columpio es obligatorio respetar las medidas de seguridad generales. El bastidor debe posicionarse de forma que reduzcamos al mínimo el riesgo de colisión. Para ello, debemos dejar una distancia de seguridad respecto a otras unidades de juego y senderos o puertas. También hay que comprobar que no hay ningún elemento decorativo en las inmediaciones del columpio, ni arbustos, árboles o rocas, que podrían ser un peligro si los niños se caen del columpio o lo abandonan corriendo sin prestar mucha atención.
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